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lunes, 28 de marzo de 2011

DIME CÓMO CANTAS Y TE DIRÉ …



Algo está cambiando, y no me refiero a la calidad del papel higiénico, al oficio de detective o a la existencia de una agencia de viajes para peluches. Diría que estamos hablando de algo mucho más profundo que todos estos casos.


Yo siempre había interpretado el éxito asociado a la calidad, el esfuerzo, la pasión y posiblemente algo de suerte por estar en el momento y lugar adecuado. Las reglas han cambiado, y este último factor ha sido visto incrementado exponencialmente hasta condicionar todos los otros valores o capacidades, y no estoy hablando precisamente de tener la suerte de que a alguien le toque la lotería. Estoy hablando que incluso, cuanta menos calidad o habilidad tengas, puedes llegar a ser un gran afortunado. Ante tanta sobreabundancia de normalidad que acaba convirtiéndose en mediocridad, no resalta el que más sabe, sino el que menos, porque de listos ya hay en exceso.


Si lo trasladamos al mundo de la canción, esta fórmula aún se da más, y no hago referencia exclusiva a la producción de triunfitos que salen de Operación Triunfo, sino a que el abanico de buenas voces, con dotes de interpretación y baile es interminable.


Trasladándonos al otro lado del charco, el ejemplo lo tenemos en la adolescente de 13 años Rebecca Black. Su canción titulada ‘Friday’ –la originalidad del título ya es un avance- ha sido descrita por los más generosos como ‘desastrosa’, ‘auténtica calamidad’, ‘hizo sangrar mis oídos’ o ‘el horror, el horror’, en definitiva, la peor canción del mundo.


Curiosamente, este despropósito me sorprendió el pasado día 20 de marzo al comprobar cómo la BBC le destinaba un artículo, y por entonces, llevaba 16 millones de visitas en YouTube. Al día, siguiente, observé que el diario El Mundo, también hablaba de ella, pero en este caso mencionaban 29 millones de visitas, y hoy, he comprobado que ya supera los 61 millones.


Más allá de cómo puede afectar a nuestra salud auditiva con frases tipo “ayer era jueves, hoy es viernes”, y de que las estrellas de la era de internet nacen, crecen en redes sociales y en la mayoría de ocasiones se destruyen con rapidez, a excepción de casos como Justin Bieber que también nació en YouTube-, lo más sorprendente es que a pesar de su posible éxito fugaz, habrá tenido su momento de gloria, y seguramente sus ingresos también.


Debido a su éxito, la CNN la entrevistó, y obviamente y después de la enorme cantidad de comentarios que la ponían en el umbral de la peor canción de la historia, tuvo que salir la pregunta de si consideraba que cantaba bien, su respuesta lo dice todo: “creo que tengo talento a cierto nivel”.


Ese es el problema, que el talento ya se confunde en la maleza.

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