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miércoles, 9 de marzo de 2011

TENDENCIA SI, TENDENCIA NO

Soy un amante del inquietante mundo de las tendencias. Ya no sólo detectarlas sino intentar ver cómo se pueden llegar a interpretar, aquí es donde tal vez se encuentre el gran reto. Aunque me gusta más su vertiente relacionada con el mundo empresarial y el comportamiento humano, no dejo de perder de vista aquellas que claramente afectan al consumidor final.


La palabra ‘tendencia’, posiblemente haya estado hasta el momento más asociada al mundo de la tecnología, pero diría que sobre todo al de la moda más que a cualquier otro de los sectores, de aquí que muchas veces se asocien los cool-hunters exclusivamente a este ámbito.


Estoy subscrito a muchas publicaciones relacionadas con ellas, y no dejo de sorprenderme diariamente de aquello que se considera como tendencia. Entre los lugares a los que estoy subscrito en internet, están Trendwatching o Trendhunter Magazine. Hablemos de este último. Con más de 40 millones de visitas mensuales, TrendHunter.com es la comunidad más grande y popular relacionada con el mundo de las tendencias. Su oficina central se encuentra en Toronto, Canadá, y cuentan con una red de 48.000 miembros, entre los que se encuentra el aquí presente. Fue fundada en 2006 por Jeremy Gutsche, actualmente un reconocido experto en el campo de las tendencias.


En su web, encuentras conceptos y productos –la mayoría no disponibles todavía a la venta-, clasificados en tendencias como moda, tecnología, cultura pop, arte y diseño, etc… Precisamente, hará aproximadamente dos semanas, en una de esas búsquedas nocturnas, me encontré en Trendhunter un producto que podríamos considerarlo como algo más que curioso. Me llamó sustancialmente la atención, por no decirlo en otras palabras: rompedor.


Muchas veces, el diseño es un gran componente que combinado con la creatividad, nos lleva a productos realmente inusuales y asombrosos. Este era precisamente uno de ellos, sin la necesidad de entrar si es creativo o no.


El producto en cuestión, es un dispensador de jabón que simulan unos pechos.

















El denominado producto se llama BoyStuff Shower Breasts, que viene a decir eso, dispensador de gel con tetas –o pechos como quieran decirlo-. Entre las características que comentaban, destacaban su diseño provocador y comentaba que no es difícil imaginar que podría ubicarse con notoriedad en cualquier negocio on-line destinado para hombres.


Entre sus prestaciones diferenciaban que más allá de su atractivo diseño era también funcional. Con dos depósitos separados que pueden ser usados para sostener el champú y el acondicionador al mismo tiempo. Por lo tanto, además de divertido, ahorra espacio. A nivel de cualidades, comentaba que podría ser el mejor amigo para el adolescente, así como un regalo idóneo para el día del Padre, el día de la Marmota –aquí no tenemos-, el día de los Veteranos de Guerra –aquí los tenemos pero no reconocidos-, o incluso, el propio día de Martin Luther King Jr.


Más allá de pensar en sus posibles derivaciones y variaciones - y no quise pensar cómo sería dicho artilugio destinado a las mujeres-, tomé nota del link exacto para escribir sobre la curiosidad del producto.


Hoy, a la hora de escribir este post, me encuentro que el link ya no está activo, me indica exactamente “Sorry, we have thousands of trends, but not that one.... “, por lo tanto, ¿ha dejado de ser tendencia? ¿habré soñado con el producto y no existía?. Deduzco que puede haber sido un error mío y que no tome la dirección correcta, así que empiezo a mirar en el buscador de la propia web y no aparece por ningún lado. Al tener la manía de cosa que veo, cosa que anoto hice un copiar & pegar de la descripción, por lo tanto –queda descartado que fuera un sueño-, también me aparecía la sección donde estaba dentro de tendencias (Naughty=travesuras) y el cool-hunter que lo había escrito, en este caso Jordan Markowski. Ni en la sección descrita ni en las descripciones realizadas por Jordan aparece. ¿Repentinamente lo consideraron un golpe de moralidad? ¿Se quejó el sector femenino que no tenían su versión?


Esto es el mundo de las tendencias, hoy puede parecer serlo, pero el mañana no está asegurado. Mi lástima me permanece por saber qué harán los hijos que lo vieron y que querían regalárselo a sus padres aprovechando la cercanía de la cita. Suerte que en Internet se encuentra todo, así que si lo desean, por casi 30 libras lo tienen.

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